El arrendamiento financiero, una práctica no tan conocida pero muy beneficiosa en momentos específicos, es una herramienta valiosa para las empresas que poseen activos pero carecen de liquidez.
Este mecanismo, similar al leasing pero en sentido inverso, permite a las empresas acceder a liquidez al vender un activo y transformarse en inquilinos mediante un contrato de arrendamiento financiero. Profundicemos en qué implica esta operación y cómo puede ser una solución efectiva para las necesidades de liquidez empresarial.
Todo sobre el arrendamiento financiero
El arrendamiento financiero, como su nombre indica, es una operación que se asemeja al leasing, pero con una perspectiva inversa. En este proceso el propietario de un bien, ya sea mueble o inmueble, lo vende a un comprador o una empresa. Y posteriormente se establece un contrato de arrendamiento sobre el mismo activo.
Esta operación se vuelve relevante especialmente cuando una empresa posee activos pero requiere liquidez. Si se utiliza un bien inmueble (como una oficina o un local comercial), esta operación inmobiliaria recibe el nombre de «sale and rent back«.
¿Cómo funciona el arrendamiento financiero para empresas?
El arrendamiento financiero puede resultar clave para las empresas en búsqueda de liquidez. En primer lugar, la empresa propietaria de un activo lo vende a otra empresa. Durante la venta, ambas partes acuerdan un contrato de arrendamiento financiero, permitiendo que la empresa continúe utilizando el activo mientras asume el compromiso de pagos periódicos al arrendador en concepto de alquiler.
Ventajas del arrendamiento financiero
El arrendamiento financiero o «sale and rent back» se presenta como una estrategia inteligente para las empresas que buscan liquidez sin renunciar al uso de sus activos. Una de sus principales ventajas es que ofrece una inyección inmediata de capital al vender los activos, proporcionando a las empresas el flujo de efectivo necesario para abordar diversas necesidades como expandirse, saldar deudas o la inversión en nuevos proyectos.
Otra de las ventajas es que permite a las empresas continuar operando sin interrupciones, ya que tras la venta se establece un acuerdo de alquiler que les permite seguir utilizando los activos esenciales para su funcionamiento diario.
Y por último, el arrendamiento financiero brinda flexibilidad al liberar capital que de otra manera estaría vinculado a activos fijos, permitiendo a las empresas redirigir recursos hacia áreas estratégicas y adaptarse ágilmente a cambios en el entorno empresarial. En resumen, esta opción ofrece una solución equilibrada entre liquidez inmediata y la retención del uso operativo de activos clave.
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